EL SANTIAGUEÑO Y EL FAMILIAR
En esa época muchos obreros de otras provincias. Llegaban a Tucumán para trabajar en la zafra, en esta historia contamos como un obrero derrota al familiar, y comenzó el derrumbe de unos de los ingenios más grandes de Sudamérica, el Ingenio Santa Ana. Todos los trabajadores sabían sobre la desaparición de un obrero por año el cual servia como ofrenda al familiar.
Esta ofrenda se lo hacia el dueño del Ingenio. Clodomiro Hileret. Por las riquezas de ese año. El santiagueño presentía que ese año la seria el elegido. Es por eso que él había preparado un puñal con un mango con la forma de una cruz, el dueño del Ingenio lo llamo para que realizara trabajos en los sótanos, cuando él bajó, sintió cuando Hileret cerro la puerta. Cerca de las 12 de la noche comenzó a sentir un fuerte olor a azufre, en el momento en el que se dio vuelta vio con asombro un perro grande, negro con sus ojos de color Rojo que lanzaba fuego por la boca, con su desesperación comenzó a gritar y tratar de trepar las paredes, pero estaban resbalosas. En ese momento solo se encomendó a Dios. Y comenzó a pelear, cansado de ver que el filo de su puñal no le hacia nada, comenzó a luchar mostrando el mango de su puñal, el que tenia la forma de cruz.
Cuando él se sintió vencido y entregado al Familiar, escucho el canto de los gallos, señal de que estaba amaneciendo, el Familiar también lo escucho, viendo que su tiempo se acabo y no pudo disfrutar de su recompensa se retiro del lugar, vencido y derrotado.
En ese momento el santiagueño empezó a tomar conciencia de lo que le había ocurrido. Se dio cuenta que
Estaba con vida al escuchar el ruido de las maquinas del ingenio comenzó a gritar, luego de horas de gritos sus compañeros lo escucharon, le tiraron una soga parar sacarlo del sótano. Una vez afuera contó lo sucedido. El se fue de Santa Ana nunca mas se supo de él. Después de esto el Ingenio se derrumbo y al poco tiempo su dueño murió. Esto ocurrió en un ingenio llamado Santa Ana ubicado al sur de la provincia de Tucumán
Esta ofrenda se lo hacia el dueño del Ingenio. Clodomiro Hileret. Por las riquezas de ese año. El santiagueño presentía que ese año la seria el elegido. Es por eso que él había preparado un puñal con un mango con la forma de una cruz, el dueño del Ingenio lo llamo para que realizara trabajos en los sótanos, cuando él bajó, sintió cuando Hileret cerro la puerta. Cerca de las 12 de la noche comenzó a sentir un fuerte olor a azufre, en el momento en el que se dio vuelta vio con asombro un perro grande, negro con sus ojos de color Rojo que lanzaba fuego por la boca, con su desesperación comenzó a gritar y tratar de trepar las paredes, pero estaban resbalosas. En ese momento solo se encomendó a Dios. Y comenzó a pelear, cansado de ver que el filo de su puñal no le hacia nada, comenzó a luchar mostrando el mango de su puñal, el que tenia la forma de cruz.
Cuando él se sintió vencido y entregado al Familiar, escucho el canto de los gallos, señal de que estaba amaneciendo, el Familiar también lo escucho, viendo que su tiempo se acabo y no pudo disfrutar de su recompensa se retiro del lugar, vencido y derrotado.
En ese momento el santiagueño empezó a tomar conciencia de lo que le había ocurrido. Se dio cuenta que
Estaba con vida al escuchar el ruido de las maquinas del ingenio comenzó a gritar, luego de horas de gritos sus compañeros lo escucharon, le tiraron una soga parar sacarlo del sótano. Una vez afuera contó lo sucedido. El se fue de Santa Ana nunca mas se supo de él. Después de esto el Ingenio se derrumbo y al poco tiempo su dueño murió. Esto ocurrió en un ingenio llamado Santa Ana ubicado al sur de la provincia de Tucumán
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